El sueño como realización de deseos.
En los sueños también encontramos ejemplos cuya interpretación es evidente y otros en los que resulta más difícil.
Tenemos en primer lugar lo que podemos llamar sueños de comodidad, que consisten en soñar que estamos haciendo ya lo que vamos a hacer una vez que nos despertemos(por ejemplo, si tienes que ir al instituto, sueñas que ya estás en clase). Se llaman de comodidad porque el soñador se tranquiliza evitando el desagradable pensamiento de tener que levantarse. Otras veces, el sueño incorpora el estímulo que podría provocar el despertar (un timbre, una conversación, etc.), de forma que, si ese estímulo cesa pronto, el sujeto pueda seguir durmiendo.Tanto en los sueños de comodidad como en los que incorporan un estímulo exterior aparece clara una finalidad: no interrumpir el necesario reposo, permitir que el soñante siga dormido. Parece cierto, pues, que ésta debe ser una de las funciones del sueño.
Hay otra clase de sueños que no son nada difíciles de interpretar, y son los sueños infantiles.
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